Charla Escuela de Familias

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El miércoles 9 de Marzo tuvo lugar la última charla de la Escuela de Familias dentro del programa “La educación de nuestros hijos”, impartida por José Carlos Rubio, psicólogo orientador de nuestro Colegio. El tema tratado fue “Enseñarles a resolver problemas” donde se expuso la necesidad de desarrollar en el niño el lenguaje interior con el fin de que él pueda por sí solo resolver problemas propios de su edad.

Hay diferentes formas por las que los niños aprenden a resolver conflictos:

  1. Con nuestro ejemplo. Nosotros somos su referente y su modelo. Si nosotros gritamos, ellos gritarán, si nosotros actuamos de forma civilizada ellos también lo harán. Por tanto, lo que educa es el ejemplo que les damos y no tanto los consejos que transmitimos. Como dice el refrán “obras son amores y no buenas razones”.
  2. A través de sus propias experiencias. Los niños van probando conductas, formas de actuar y en función del resultado final tenderán a repetirlas o no. Si ellos perciben que les ha funcionado las repetirán, o si prevén que les puede funcionar, y si no las eliminarán o lo intentarán de nuevo pero de otra forma.
  3. Enseñándoles a pensar, procurando que desarrollen un lenguaje interior rico de forma que les permita ajustar su conducta y, por tanto, auto-regularse. Este aspecto es trascendental en la vida de cualquiera. Si el niño desarrolla un correcto lenguaje interior, inhibirá conductas que no son adecuadas, para alcanzar así un bienestar personal. Será más libre porque será dueño de sí mismo y podrá decidir cómo actuar en cada momento. Lo instintivo, lo primitivo tendrá menos fuerza y lo civilizado ocupará más espacio en sus vidas.

Para potenciar el lenguaje interior lo podemos realizar a través del desarrollo de 5 tipos de pensamiento:

  1. Pensamiento causal: tenemos que procurar que el niño se pregunte el por qué de las cosas. Es fundamental para resolver un problema concretar con claridad cuál es el problema, por qué ha sucedido… Los niños es numerosas ocasiones tienen dificultad para definir con claridad lo que ha pasado. Esa es nuestra misión, ayudarles a definirlo porque si no será complicado ayudarles a resolverlo.

Este pensamiento es la base para resolver sus conflictos interpersonales, es decir, entre personas, y lo podemos practicar con ellos con afirmaciones ante las cuales se pregunte el por qué de las cosas, por ejemplo:

– (Mamá-papá) Hoy estoy asombrada/o

– (Hijo) ¿Por qué estás asombrada/o, mamá-papá”

– (Mamá-papá) Estoy asombrada/o porque has recogido tus juguetes, has ordenado tu armario y has hecho las tareas del colegio sin que te lo diga nadie.

-(Mamá-papá) ¿Cuántas razones he dado?

-(Hijo) Tres.

-(Mamá-papá) Muy bien son tres, fenomenal.

De esta forma le enseñamos a definir problemas y a buscar las razones de los mismos.

  1. Pensamiento alternativo: busca propuestas de solución para un problema, y cuantas más propuestas mejor, todas las que se le puedan ocurrir. Este tipo de pensamiento se puede trabajar con situaciones reales o no.

Se puede aplicar a la hora de hacer un puzle (se le pregunta, ¿cómo lo vas a hacer?); que piense en otra merienda cuando la que desea no es posible; que piense en soluciones cuando no tenemos pan en casa; que piense en soluciones cuando un amigo no quiere jugar con él, …

En este sentido cuanto más abierta esté su mente y más creativa sea, más posibilidades tendrán para resolver problemas.

  1. Pensamiento consecuencial: repara en las consecuencias de la acción, ¿qué pasaría si …?, así buscamos acciones preventivas. Sus problemas los resuelven ellos, como padres no hay que intervenir en la resolución de sus problemas, pero sí es interesante ayudarles a prever las consecuencias de una acción.

Se puede realizar como un juego proponiendo QUÉ PASARÍA SI…:

-Invitas a un amigo a casa.

-Tengo ordenados mis juguetes.

-Nadie lavase la ropa.

-Estás jugando con tu pelota y un niño te la quita.

-Cruzamos el semáforo cuando está rojo para los peatones.

-…

(No conformarse con una respuesta, cuantas más mejor…).

Después se puede intentar definir cuál es la más importante para el niño.

  1. Pensamiento en perspectiva: trata de ponerse en el lugar del otro, es decir, de trabajar la empatía. Podemos fomentarlo con cuentos o actividades en los que el niño exprese CÓMO SE SENTIRÍA SÍ… estuviera en el lugar del otro.

Algunos cuentos para trabajar la empatía son:

  • “La ratona que sabía ladrar” (ver)
  • “El pez arcoíris” (ver)
  • “La tortuga” (ver)

También se les puede poner situaciones concretas para practicar este tipo de pensamiento:

¿CÓMO TE SENTIRÍAS SI…?:

-No te dejan jugar a un juego que te gusta en el recreo del colegio.

-Un compañero te invita a su cumpleaños.

-Has intentado solucionar un problema de matemáticas y no te ha salido bien.

-…

(Se expresará el sentimiento y la razón del mismo.)

  1. Pensamiento medio-fin: se plantea que hay un fin o un objetivo que queremos conseguir. Para ello se definen los pasos a dar. Como padres tenemos que fijar objetivos y tener claros los pequeños pasos que podrían solucionar el problema. Así, lograremos que el niño se defienda frente a situaciones o frente a otros niños. Lo importante es que sea él quien se enfrente al problema, si éste es adecuado a sus posibilidades.

En ocasiones, el niño puede tener miedo de enfrentarse a otro niño o a denunciar algo que está mal. En este caso podemos buscar un cómplice, en este caso podría ser el tutor o tutora, para que esté avisado/a, a través de una nota entregada por los padres al tutor/a, pudiendo ejercer de colaborador/a y mediar en caso de que el problema no quede zanjado entre ellos.

(La nota podría ser “mi hijo tiene algo importante que contarte pero no se atreve”.)

La clave está en ayudarles a resolver problemas a nuestros hijos y evitar solucionárselos nosotros. De esta forma aprenderán a resolver sus conflictos gestionándolos ellos y siendo autónomos. Nuestra meta como padres es prepararles para vivir y convivir.

Agradecemos al colegio los recursos formativos que ponen a nuestra disposición para ayudarnos a mejorar la educación de nuestros hijos, y a José Carlos, sus útiles consejos que sin duda nos servirán en nuestro día a día como padres.