Charla Escuela de Familias
El miércoles 24 de Febrero tuvo lugar la tercera charla de la Escuela de Familias dentro del programa “La educación de nuestros hijos”, impartida por José Carlos Rubio, psicólogo orientador de nuestro Colegio. En esta ocasión, el tema de la charla fue ¿Cómo modificar algunas conductas? y contó con una numerosa asistencia, donde compartimos nuestras experiencias en la tarea de la educación de nuestros hijos.
Nuestro cometido es aportar confianza y seguridad al niño, y para ello debemos tener un equilibro con unas normas y acciones firmes, coherentes y constantes, sin dejarnos condicionar por el entorno, y no permitiendo vías donde el niño consiga salirse con la suya.
Es aquí donde entran en juego las técnicas de modificación de la conducta, y vimos las diferentes alternativas, entre ellas el castigo, el refuerzo positivo y los registros de conducta.
El castigo es una técnica de modificación de conductas para la eliminación o extinción de las conductas negativas, pero no siempre se consigue así el objetivo y se debe complementar con el refuerzo positivo, con el que intentaremos un cambio profundo en el comportamiento en el que niño aprenderá para futuras ocasiones. Con esto buscamos auto-regular y ajustar su comportamiento a lo que le pedimos, a imagen de lo que queremos educar y de los valores que deseamos transmitir. En cuanto al castigo tenemos dos variantes, una de ellas es “quitarle lo que le gusta verdaderamente” y la otra es “ponerle a hacer algo que le disgusta”.
Es muy importante que el castigo sea objetivo y se pueda cumplir, de lo contrario estaríamos perdiendo autoridad y esto es primordial porque nos tienen que tener respeto desde la infancia. Educar es sembrar y requiere de nosotros, padres, esfuerzo. Si no sembramos nada pensando que ya saldrá algo o que ya sembrará el niño cuando sea mayor es posible que salgan hierbas que no deseábamos. Si no sembramos nosotros, otros lo harán y posiblemente con semillas que poco tienen que ver con las nuestras. Este es el momento perfecto para esta tarea.
José Carlos explicó cómo el castigo tiene tres momentos:
- El Antes: son los preavisos y advertencias que daremos al niño cuando observemos un mal comportamiento en él, anunciando un castigo si no procede a corregirlo.
- El Durante: el castigo ya se ha aplicado como consecuencia lógica de un mal comportamiento, en este momento no hay que mostrar emoción de sufrimiento, sino más bien frialdad, por ejemplo manteniendo una distancia física y verbal con ellos. Es la fase donde el niño ha de “meditar” el por qué de esta situación.
- El Después: en esta fase el castigo ha finalizado, aquí tiene lugar el diálogo con el niño, donde el lenguaje es clave, porque supone nuestra mejor estrategia en la que mostraremos nuestra comprensión con ellos, pero a la vez daremos consejos sencillos y que los entienda, logrando así una expectativa positiva, por ejemplo diciéndoles “Sé que lo harás bien”. De esta forma, hemos regulado su mal comportamiento.
En resumen, en las conductas nuestros hijos son los protagonistas, y nosotros sus supervisores, evitando meternos en la responsabilidad del niño. El lenguaje que usemos con ellos tras la modificación de la conducta será cuidado, claro y entendible, de esta forma ganaremos positividad en su comportamiento.